A pesar de que en España la adopción de vehículos eléctricos aún está por debajo de la media de otros países de la Unión Europea, los conductores están empezando a notar que los servicios de grúa no son compatibles con sus rodados.
La negativa de las grúas a transportar coches eléctricos se debe a varios factores. El protocolo para retirar estos vehículos de la vía difiere de los de combustión. Además, muchos mecánicos carecen de los conocimientos y equipo para reparar estas averías, especialmente en las baterías de alta capacidad.
Su peso superior a 2.000 kilos plantea desafíos para algunos aparcamientos y grúas de carretera debido a su capacidad de carga limitada. Normalmente las grúas están pensadas para transportar un peso máximo de 2.500 kilos, una cifra que superan modelos como el Audi e-Tron, que pesa casi 2.800 kilos, o el Mercedes EQC (2.620 kilos).
Los coches eléctricos están ganando terreno en España gracias a la concienciación y medidas gubernamentales como el Plan Moves y el acceso a Zonas de Bajas Emisiones.
Algunos argumentan que la vulnerabilidad a incendios, debido a fallos en las baterías, ha llevado a empresas a rechazar el transporte de vehículos eléctricos, pero es crucial desacreditar este mito. En este sentido, la preocupación por posibles incendios en garajes ha impulsado iniciativas en Europa para desarrollar plazas de aparcamiento individuales que faciliten una extinción de incendios más efectiva.