Paraguay dio un paso estratégico hacia la modernización de su sistema energético con la promulgación de la Ley Nº 7599, que regula la generación de electricidad a partir de fuentes renovables no hidráulicas.
La normativa, firmada por el presidente de la República, Santiago Peña, marca un punto de inflexión al habilitar una mayor participación del sector privado y crear condiciones atractivas para la llegada de inversiones en energía limpia.
El nuevo marco legal impulsa el desarrollo de proyectos solares y eólicos, ampliando una matriz energética históricamente sustentada en grandes represas hidroeléctricas. Esta diversificación no solo fortalece la seguridad energética del país, sino que también abre una ventana de oportunidades para acompañar el crecimiento de sectores intensivos en consumo eléctrico, como la electromovilidad.

La ley entra en vigencia en un contexto de demanda energética en ascenso, impulsada por la urbanización, la digitalización y la adopción de tecnologías más limpias. Frente a este escenario, el régimen aprobado ofrece reglas claras y previsibles que permiten a inversionistas y empresas tecnológicas avanzar en soluciones innovadoras, incluyendo la integración de energías renovables con infraestructura de carga para vehículos eléctricos.
Más allá del impacto ambiental, la sinergia entre energías renovables y movilidad eléctrica proyecta a Paraguay como un destino competitivo para la inversión en infraestructura verde, con potencial para desarrollar nuevos modelos de negocio, generar empleo y fortalecer su posicionamiento regional en tecnologías del futuro.
Paraguay tiene la oportunidad de consolidarse como un referente regional en energía verde, atrayendo capitales y acelerando la transición hacia un sistema de transporte más limpio y sostenible.
Este avance normativo se asienta en una tendencia global que concibe la transición energética no solo como una respuesta al cambio climático, sino como un motor de desarrollo económico y modernización productiva.
