El mercado automotor paraguayo está viviendo una transformación silenciosa, pero firme: cada vez más conductores, empresas e instituciones apuestan por los vehículos eléctricos e híbridos, impulsados por la creciente infraestructura de carga, la diversidad de modelos disponibles y energía renovable que caracteriza al país.
Actualmente, más de 18 marcas ofrecen unos 60 modelos de opciones eléctricas en Paraguay, que van desde los 20.000 dólares hasta gamas premium, lo que marca un salto en la accesibilidad. A la par, la red de carga se expande rápidamente: ya existen más de 130 puntos instalados y la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) prepara la instalación de 50 cargadores rápidos de 150 kW en rutas estratégicas, facilitando los viajes de larga distancia.
“Paraguay tiene una ventaja única: producimos energía limpia y abundante gracias a nuestras tres hidroeléctricas. Eso nos permite sustituir la importación de petróleo y avanzar con confianza hacia la electromovilidad”, destacó Miguel Carrizosa, presidente de la Cámara de Distribuidores de Automotores y Maquinarias (Cadam).

El directivo subrayó que, junto con la infraestructura, también crecen las facilidades de financiamiento y la confianza de los consumidores en la tecnología. Incluso el temor a las baterías, común en el inicio, se va disipando: las nuevas tecnologías permiten reemplazar celdas individuales y las garantías de fábrica alcanzan hasta diez años.
Un desafío de políticas públicas
Si bien el sector privado avanza con fuerza, el Estado aún tiene un papel clave por asumir. Para Carrizosa, el gobierno debe liderar con el ejemplo incorporando vehículos eléctricos a sus flotas y reforzando la infraestructura.
En paralelo, persiste la preocupación por la importación de vehículos usados de más de 10 años, que no solo representan un retroceso ambiental por su alta emisión de contaminantes, sino también un riesgo de seguridad vial al no garantizar sistemas como airbags o dirección asistida.
La visión ambiental
La ingeniera Gilda Torres, directora general del Aire del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), remarcó que la electromovilidad es también una política ambiental y sanitaria.

“Nuestro objetivo es reducir las emisiones vehiculares, que tienen un impacto directo en la calidad del aire y en la salud de la población. Por eso trabajamos con gremios y actores del sector privado para incentivar buses eléctricos, motores menos contaminantes y transporte público más limpio”, explicó.
Un movimiento global que Paraguay ya abraza
En este contexto, el Día Mundial del Vehículo Eléctrico, conmemorado cada 9 de septiembre, encuentra a Paraguay en pleno proceso de transformación. Mientras el mundo busca alternativas frente a la crisis climática y energética, el país sienta bases sólidas para posicionarse como un referente regional gracias a su matriz renovable y su mercado en expansión.

“Cuando el sector público haga suya la bandera de la electromovilidad, se generará más confianza y se multiplicará el impacto positivo”.
Miguel Carrizosa, presidente de Cadam.
La movilidad eléctrica en Paraguay ya no es un proyecto a futuro: es un camino en marcha, con avances concretos y desafíos por superar. Y cada punto de carga, cada vehículo eléctrico en circulación y cada política que se impulsa son pasos firmes hacia un transporte más sostenible, seguro y accesible.