La electromovilidad en Europa vive un giro inesperado: en solo un año, las marcas chinas pasaron de representar el 2,6 % al 5,1 % de los registros de vehículos nuevos, según JATO Dynamics.
Marcas como BYD, XPeng, Leapmotor y otras irrumpen con fuerza en autopistas y concesionarios, impulsadas por modelos eléctricos más accesibles y una calidad cada vez más competitiva.

Aunque Turquía no es parte de la Unión Europea, tiene un acuerdo de libre comercio con el bloque, lo que podría permitir a BYD eludir los aranceles y seguir compitiendo con precios agresivos.
BYD, en particular, registró más de 70.000 unidades en el primer semestre, un salto del 311 % interanual, superando incluso a Ford en ventas de eléctricos. En países como Suecia, Dinamarca y Suiza, los consumidores están cambiando percepción: ahora ven en los autos chinos una alternativa confiable, moderna y económica para la transición energética.

Con planes de producción en Turquía y Hungría, los fabricantes asiáticos afinan su estrategia para sortear aranceles y responder a la demanda local.